Etapa 3 : De Cicera a Potes (26-09-21)
Esa mañana nos levantamos y preparamos los cuatro en el mismo tiempo. Recuerdo que Alvaro venía herido con dolor en una rodilla, originado, según él, en la etapa primera por la senda fluvial del Nansa. Cuando el cuerpo está frio aparecen o se acentúan los dolores, sus molestias llamaron la atención de la madre que acompañaba a su hijo. Esta mujer era una santanderina perteneciente a un Club de montaña de Cantabria, con experiencia en caminar y sufrir percances en la montaña, le comentó que para esos dolores en la rodilla disponía de una cinta que se colocaba por debajo, presionando el tendón rotuliano, y que siempre llevaba con ella, se la dejó o dió, "si nos vemos en Potes pues me la devuelves y si no pues.. te llevas un recuerdo de mí". Casualmente encontré a Alvaro en Potes, me dijo que le había ido muy bien la cinta e iba a devolvérsela a la mujer.
En la puerta del albergue hay una señal muy visible de flecha indicando el Camino, por allí me encaminé, pero estaban dos lugareños contemplando la mañana y "fisgando" quienes éramos los nuevos y temporales "invasores". Me sugerieron que por allí no fuera, es una vía muy dura que te lleva a alturas elevadas y exigentes, han abierto otra vía, también señalada, que bordea el alto y por donde también puedes llegar a Lebeña. Madre e hijo estaban escuchando a los lugareños, no dudamos en ir por la vía recomendada. Alvaro había salido antes, no se encontraría con los lugareños porque se fue por esa primera ruta.
Bajamos por las calles del pueblo, cruzamos puente por un pequeño arroyo e inmediatamente comenzábamos a subir por sendero bien marcado.
La mañana era hermosa, tercer día en el Camino Lebaniego con un tiempo espectacular de luz y temperatura, pienso cómo sería caminar por aquí con viento, lluvia y sin visibilidad, uff.
Me detengo haciendo fotos, madre e hijo se van, me quedo solo contemplando parte del camino andado ayer, como es el Monte Hozarco y el mirador de Santa Catalina. Hoy bajaré hasta la carretera que desde allí arriba presenciaba.
Miro atrás y veo el valle donde se ubica Cicera, y el camino andado, aún el sol está bajo para que los "viejos" se pongan al sol. Apenas he andado 1 kmtTransito entre robles, castaños, acebos,... por terreno empinado, algún tramo exigente.Han transcurrido 1,15 h. ascendido 300 m de desnivel y caminado 2,5 kmt entre la espesura del bosque, y veo un claro que empieza a enseñarme el macizo montañoso de los Picos de Europa.
He subido 350 m de desnivel, estoy a 843 m. de altura, he caminado 3,5 kmt en un tiempo de 1 h 40'.
Desde arriba presencio, ya en el macizo de los Picos, lo separa el desfiladero, el espacio por el que discurre el Camino. Lebeña está abajo (no se ve en la foto), desde allí he de cruzar la carretera y subir a Allende, y por orilla río Rubejo, son aguas bravas que bajan de la montaña, bosque con poca luz, ascenderé hasta un agradable espacio abierto, zona de habitual uso por senderistas que descansan en autocaravanas, conocido como el Castañar Milenario.
Pero eso ocurrirá después, ahora estamos aún arriba y queda mucho tramo por el que bajar hasta Lebeña.
El blog lo estoy escribiendo en marzo del 23, el camino lo hice en septiembre del 21, en mayo del 22 traje al Club Montaña Fuentes Carrionas, de Palencia, a hacer esta etapa de Mirador Santa Catalina-Cicera-Lebeña, volví a pasar por estos mismos lugares, también en un día espectacular, y a todos les encantó.
Continúo disfrutando del día, de la luz, la temperatura, de las vistas que generosamente se ofrecen a la vista. Los sentidos están disfrutando a tope.
Llevo mucho tiempo solo, madre e hijo desaparecieron poco después de iniciada la etapa, así es el Camino, libertad, yo me encuentro feliz así.
Hasta Lebeña son 5 kmt de descenso por senda cómoda y espaciosa, debe ser una vía utilizada para cuidado de la ganaderia extensiva y también para acceder a las talas de madera.
Después de una curva hallé este peregrino, fue la única presencia que observé, habría venido por el trazado duro, no le ví más.
Bajando, tengo una visión que me regala a Lebeña. Entonces podía intuir por donde discurriría el Camino, hoy puedo dibujar perfectamente por donde fuí. El plan era pasar por Cabañes, en Allende me informó un lugareño que tenía un trazado más corto y menos fuerte si me desviaba por el curso del Río Rubejo, por allí llegaría a un collado, una meseta donde hay un área recreativa conocida como de los Castaños milenarios. Por allí fui y en rojo he marcado el trazado.
Más cerca ya de Lebeña, más cerca de la cota 220 m de altitud donde se encuentra el pueblo, han sido 616 m de desnivel negativo desde el punto más alto al que accedí desde Cicera. Son las 12,30 h, 3 horas y media llevo en el Camino.
A la dcha. de la fotografia se puede ver la torre de la iglesia de Santa María, un edificio prerrománico que hay que ver.
Es inevitable discurrir durante unos 200 metros, por el arcén de la carretera Potes-Unquera, aquella que veíamos desde el mirador de Santa Catalina.
Allende está solo a100 m de altura sobre la carretera. En esta hermosa foto se puede ver, además de Lebeña, el monte al que subí desde Cicera y la cara por la que descendí al pueblo. Me entretengo contemplándolo y adivinando la senda por la que bajé. Son las 13,15 h. y llevo recorrido 10,5 kmt.
Un lugareño, al igual que en Cicera, me recomienda no vaya por la vía oficial, me desvíe a la izda. hacia el curso del Río Rubejo, afluente del Deva, y continúe por allí, el camino es más corto y menos exigente, así que no pongo ninguna objeción.
Por ahí me asomo ya al curso del río o arroyo de montaña mejor, que va encajonado entre dos paredes de roca. Observo que hay señales de "algo".
Es tanta la espesura de la diversidad de la flora que se desarrolla en ese espacio oscuro y húmedo, que por momentos parece que se ha puesto el sol; caminar solo, me sobrecoge y también me lleva a situaciones dudosas. Y de mucha precaución al pisar; una lesión en ese "agujero" podría ser muy grave, no pasa nadie y nadie me oiría si tuviera que necesitar ayuda.
A algo más de un desplazamiento de 1 kmt, unos 1.200 m y 30' de tiempo, se halla este desvío a Cabañes. Yo tengo que continuar a Pendes para hacer el trayecto más corto, así que tomo el de la izda. Alguna ocasión surgirá en el tiempo de la vida que me lleve por la vía de la dcha. hacia Cabañes.
Durante 1 hora estoy junto el curso del Rubejo, el caudal del agua que surge de la montaña no es elevado en este mes de septiembre, es constante y juega a saltar por las rocas.
Son las 14,22 horas cuando paso de la oscuridad a la luz. 2 kmt y 1 hora angustiosa había pasado con la humedad y oscuridad del río, envuelto en dudas, esperanzas y deseos de terminar. Retornar al espacio y la luz aporta sensación de tranquilidad.
Miro a la dcha. y veo Cabañes, el pueblo por el que pasa el Camino y del que me he desviado utilizando una vía más corta y más rápida. Pienso que en un futuro próximo la mayoría de los peregrinos utilizarán ésta y el pueblo será una mención en el pasado.
Este es el trazado del camino que he hecho desde Lebeña.Además del fin de la oscuridad y humedad, lo es también de la ascensión continua. Qué satisfacción volver al plano, a la luz y a los colores.Y a la BELLEZA!!. Estoy en la campa, espacio abierto y de recreo conocido como el de los Castaños Milenarios. Hay que bajar la mochila, dar descanso al cuerpo y caminar sin ella dando rienda suelta a los sentidos.
El bello cuadro lo complementa una cuadra abierta de ganadería caballar, que apaciblemente permanecen en la espera de la toma de decisiones del hombre.. o de la mujer.
Es el kmt 13 desde Cicera, 5 horas y 48 minutos. Desde Lebeña han sido 4,5 kmt y 2 horas y 15 minutos.
Desde allí se observa el valle al que tengo que bajar para encaminarme a Potes, la capital de esta comarca de Liébana, que está a 8 kmt.
Un desplazamiento de 3 kmt hago desde Pendes para bajar al valle, por el que discurro por camino asfaltado. Una mirada atrás para ver las rocas.
Valle fértil y tranquilo, las imágenes del ganado, pastando y rumiando, son reflejo de felicidad. Estoy en Ojedo, restan 2 kmt para llegar a la meta.

Tengo un recuerdo imborrable en mi vida, el de la primera vez que estuve en Potes, allá por el siglo pasado, año 1980, cuando el Grupo de Teatro de Fasa Renault Palencia, vinimos a representar para los alumnos del Instituto, "Anillos para una dama", de Ana Diosdado. Entonces nos alojamos en el Hostal La Serna, entonces me llamó la atención por llevar el nombre de mi pueblo, hoy, ese día lo recordé y no dudé en ir allí donde pude pasar la noche antes del día que tomaría un Bus para ir a Unquera, donde tomaría otro para llevarme a Ribadeo y comenzar el día siguiente el Camino del Mar.
Video fotográfico de la E3
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