Etapa 1: De San Vicente de la Barquera a Cades (24-09-21)
En cada inicio de un Camino surge el remusgo, el nerviosismo por comenzar algo nuevo. Este era un Camino nuevo pero no lo era el punto de salida, ni el alojamiento. El día 7 de octubre del 18 estaba en este mismo lugar, iniciando la etapa 14 del Camino del Norte. Desde el 25 de octubre del 19, día que finalicé la Via de la Plata, en Zamora, no había estado en el Camino, prácticamente dos años fuera de él, además con la incógnita y los cuidados de la pandemia, mi cuerpo tenía motivos para estar nervioso, pero también tenía deseos de estar, de empezar y de seguir.
A las 08,25 h salgo del hotel. Clásico día del norte, cubierto y temperatura agradable, amenazaba lluvia. Este problema del agua lo soluciono con un paraguas, pocos o ningún peregrino lo lleva, pero a mi me resulta muy práctico, evita las capas que te dan sudor interior y más agua en pantalones y botas. El paraguas se convierte en parasol en zonas o tiempo de calor. Fue mi salvación en la Vía de la Plata, allá por las tierras extremeñas.
Por el Norte es muy habitual hacer el Camino por tramos de carreteras locales, asfaltadas, de comunicación entre aldeas, de muy poco o ningún tráfico.
Solo llevaba 15' cuando eché la vista atrás, la iglesia, el castillo y la marisma, se estaban quedando pequeños cada paso que daba hacia el oeste. Durante un breve momento estuvo lloviznando, creo que el tiempo lo hizo para que estrenara el paraguas. La lluvia y la humedad tiene un olor especial en estas tierras del norte, se mezclan con el olor natural de los animales que pastan en los prados, el sentido del olor estaba también recibiendo sensaciones nuevas.
Inevitable encontrar vacas pastando en Cantabria, aunque... se ven muchos prados vacíos, extensiones amplias sin ganado comiendo, y es por la estabulación de los animales. Pero tuve suerte y el sentido de la vista disfrutaba con estas imágenes en directo. Ellas, éstas, ya tenían que estar acostumbradas al paso de un extraño, estoy en el Camino del Norte, todavía son muchos los peregrinos diarios hasta avanzado el otoño, allá por noviembre.
En el kmt 9 aproximadamente, aparece la primer señal del Camino Lebaniego, hacia la izda. Abandono el del Norte, por el que siempre había algún peregrino a la vista....
Ahora caminaré solo aproximadamente 1 kmt por esta vía de piedras y tierra, entre matorral y bosque de pinos. Mi vista ve lo que ve la foto, el camino me lleva a una fuerte depresión, al cauce del Río Nansa, me tocará bajar unos 110 m. de desnivel, durante 1,5 kmt.
Son las 11,10 h, y han sido 12 kmt los caminados hasta aquí, donde comienzo la Senda fluvial del Nansa. Hay, había otra ruta de menor recorrido por carretera y senda de monte, pero de menor belleza y contraste, por lo que la Asociación del Camino o responsables en estas historias, determinaron, felizmente, desviarlo por aquí, y lo digo porque los 7 kmts de recorrido merecen ser conocidos y andados.
La Senda Fluvial del Nansa, es una senda hecha por y para los pescadores del salmón. Dispone de muchos metros de pasarelas de madera, para salvar las irregularidades de la orilla dcha (por donde transita la senda. También de viejos mecanismos metálicos, dispuestos de orilla a orilla para el paso de los pescadores.
La senda discurre siempre por la orilla dcha. sobre tierra y la madera de las pasarelas con escaleras. Estas resultan incómodas y peligrosas si no prestan buena atención, más con un tiempo de lluvia, como era el caso, por lo resbaladizo.
Con un peregrino me encontré en toda esta etapa, más tarde, en el albergue seríamos unos 10. Como yo, caminaba consigo mismo y un paraguas. El escenario natural, esa mezcla de arboles, tierra y agua, ambientado con la música del río facilitaba el diálogo y la inspiración.
Son 8 kmt por la rivera, tan igual y tan diferente, escuchando al agua, tocando ramas de los árboles, sintiendo la compañía de la naturaleza y la soledad de los humanos; es un tiempo y un espacio sin otro igual.
El rio no se acaba, se termina el terreno plano de la ribera, el río golpea una pared a la que tengo que ascender para pasar al otro lado de ella. En la subida por rampas exigentes, echo la vista al río.
Una vez arriba me desplazo por su "cresta" y busco la senda que me baje al río.Ya veo la carretera, estoy llegando al final del descenso, vuelvo al nivel del río.
Cruzo el río Nansa, por puente en la carretera, por ella me desplazo, por ella me señala la flecha del Camino.
ATENCION: (Les ocurrió a peregrinos con los que dormí en el albergue de Cades). Después de cruzar el puente se puede llegar a Cades por la ribera del rio, HAY UN CARTEL para senderistas que quieran hacer esa vía, pero ésta no está contemplada en el Camino Lebaniego, éste está señalado por la carretera, hay peregrinos que creen que el Camino sigue por allí, y se van. Y, por expresiones de quienes vinieron por allí, es muy duro, la ribera de esa zona del Nansa no está catalogada "para todos los públicos".
Quienes fueron a Cades por el río, dejaron de ver estos hermosos valles.
Todo el trayecto se hace por esta carretera local, sin tráfico, sentido ascendente, desde los 65 m que teníamos en el río al cruzar el puente, llegamos hasta los 212 m máximo, se sienten poco los metros, a pesar de llevar ya más de 20 kmt de marcha (ver trazado y desnivel en el perfil de Wikiloc)
Ahí está Cades, a 108 m., este es su valle, a 26,48 kmt de San Vicente de la Barquera.
Ese es el albergue.Todo el trayecto se hace por esta carretera local, sin tráfico, sentido ascendente, desde los 65 m que teníamos en el río al cruzar el puente, llegamos hasta los 212 m máximo, se sienten poco los metros, a pesar de llevar ya más de 20 kmt de marcha (ver trazado y desnivel en el perfil de Wikiloc)
Ahí está Cades, a 108 m., este es su valle, a 26,48 kmt de San Vicente de la Barquera.
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